La sensación de ver los Campos de Sport de El Sardinero con una capa de tierra marrón en lugar de su verde habitual resulta extraña
Adiós al césped del ascenso. Siguen los trabajos en el estadio racinguista y ya no queda ni una brizna de césped en lo que fue el terreno de juego.
Un respeto a los toros, panda de subnormales